Nunca es demasiado temprano.
A partir de la información que nos proporciones, evaluaremos junto contigo las mejores estrategias y alternativas para prever, controlar y operar escenarios litigiosos.
Los documentos y evidencias son importantes para nosotros.
¿Cuando vale la pena una evaluación previa?
En estos tiempos las precauciones son indudablemente valiosas para todas las personas, empresas y grupos.
- Compromisos vigentes. Arrendamientos, contratos de largo plazo (más de un año), créditos, ventas y facturas por pagar o por cobrar, compromisos en monedas extranjeras. Todos los compromisos actuales merecen una revisión para prever escenarios impredecibles en 2019.
- ¿Qué sucede si no puedes pagar?
- ¿Qué pasa si no puedes cobrar?
- ¿Cómo establecer el mejor contexto para iniciar renegociaciones?
- Compromisos futuros. La vida sigue. Firmamos contratos y asumimos compromisos de forma cotidiana. El contexto económico y legal ha cambiado sensiblemente a nivel internacional, pero los machotes y documentos tradicionales de las empresas y del sector público no se han adaptado a esa nueva realidad. Antes de suscribir nuevos compromisos, vale la pena una evaluación previa.
- Patrimonio. La incertidumbre ha crecido. Las leyes han mostrado su volatilidad. Pueden haber cambios repentinos que modifiquen la propiedad y las cargas que le están asociadas. De hecho, ya están sucediendo. Revisar el marco legal y tributario que rige tus actividades productivas y el cuidado patrimonial, merece una evaluación previa.
¿Para qué una evaluación previa?
Sólo con información confiable podemos tomar decisiones responsables y comedidas.
- ¿Es preferible cumplir contratos que ya no son convenientes y justos antes que recurrir a una negociación por temor a un litigio? Negociar es la mejor medicina preventiva y correctiva para los litigios.
- ¿Todo litigio significa “pleito”? No necesariamente, si se planea inteligentemente.
- ¿Porqué voy a querer litigar? Al conocer las alternativas y potencialidades, quizás el litigio sea la mejor vía para lograr los mejores beneficios de corto y mediano plazo. Más que “querer” litigar, vale la pena conocer qué tan sólida es tu posición para estar “dispuesto” a litigar antes que sacrificar ciegamente tus derechos, expectativas y patrimonio, sin defenderlos.
- ¿Alguien me demandará? Probablemente. Las emergencias económicas incrementan la vida litigiosa de las sociedades. Piensa que la otra parte puede estar haciendo una evaluación previa.
Saber y conocer mi potencial presente, fortalece mi capacidad de controlar y asegurar mi futuro.